El basurero municipal «El Iztete» en Tepic, Nayarit, representa un problema ambiental y de salud pública que lleva décadas sin resolverse adecuadamente. A continuación, detallo los puntos clave del problema, basándome en información disponible:
- Saturación y obsolescencia: El Iztete superó su vida útil hace más de 30 años, lo que lo convierte en un vertedero ineficiente y peligroso. A pesar de esto, sigue siendo el principal sitio de disposición de residuos sólidos urbanos para Tepic y áreas cercanas.
- Incendios recurrentes: En abril de 2024, un incendio en El Iztete duró más de cinco días, generando una pluma de humo tóxico que afectó a Tepic y Xalisco. Esto llevó a la suspensión de clases y actividades sociales, además de recomendaciones sanitarias como usar cubrebocas y evitar la exposición al aire libre. Las autoridades no lograron controlar el fuego rápidamente, lo que evidenció la falta de infraestructura adecuada para manejar emergencias.
- Contaminación ambiental:
- Emisiones de gases: El vertedero emite biogas, principalmente metano (CH₄) y dióxido de carbono (CO₂), contribuyendo al calentamiento global. Según estudios, los rellenos sanitarios como este podrían representar el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2025 si no se toman medidas.
- Contaminación de suelos y agua: Los lixiviados del basurero, que contienen metales pesados como plomo y mercurio, contaminan suelos y cuerpos de agua cercanos, afectando la calidad del agua subterránea.
- Impacto en fauna: Aves migratorias se alimentan de residuos en el vertedero, ingiriendo plásticos y otros materiales tóxicos, lo que altera sus patrones migratorios y pone en riesgo su supervivencia.
- Gestión deficiente de residuos:
- El Iztete es un vertedero a cielo abierto con escasos mecanismos de control, sin plantas adecuadas de separación, tratamiento o reciclaje. Esto agrava la acumulación de residuos, especialmente desechos electrónicos (e-waste), que liberan sustancias tóxicas al ambiente.
- Un estudio de prefactibilidad realizado en 2016 destacó la viabilidad de reciclar materiales como plásticos, vidrio, aluminio, papel y cartón, pero no se han implementado programas integrales para hacerlo. También se propuso el diseño de un nuevo relleno sanitario con planta de tratamiento, pero no hay evidencia de que se haya avanzado en ello.
- Impacto en la salud pública: La emisión de gases tóxicos y dioxinas, especialmente durante incendios, representa un riesgo para la población, particularmente para grupos vulnerables como niños, mujeres embarazadas y personas con problemas respiratorios. Las autoridades han recomendado medidas como permanecer en casa y evitar la zona del basurero, pero estas son soluciones temporales.
- Intentos de solución:
- La administración municipal anterior (hasta 2021) inició obras para cerrar El Iztete y habilitar un nuevo sitio de disposición en La Villita, pero no se ha completado este proyecto.
- Programas como «Reciclatrón» de la Universidad Autónoma de Nayarit han tenido éxito en la recolección selectiva de e-waste (más de 3 toneladas recolectadas hasta 2016), pero su alcance es limitado y no aborda la totalidad de los residuos municipales.
- En 2024, se presentó un Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano que busca un desarrollo sustentable, pero no se mencionan avances específicos sobre la gestión de residuos.
- Desafíos estructurales: La falta de coordinación entre los gobiernos federal, estatal y municipal, junto con la limitada participación del sector privado y la sociedad civil, dificulta la implementación de un modelo integral de gestión de residuos. Además, la ausencia de normativas actualizadas y la insuficiencia de recursos económicos agravan el problema.
Conclusión y reflexión crítica: El problema del basurero El Iztete no es solo una cuestión de infraestructura, sino un reflejo de la falta de planeación a largo plazo y de una cultura de manejo de residuos inadecuada. Mientras las autoridades no prioricen la inversión en un relleno sanitario moderno, con tecnologías de reciclaje y tratamiento, y no se fomente la participación ciudadana en la separación de residuos, Tepic seguirá enfrentando crisis recurrentes. Programas como Reciclatrón muestran que hay iniciativas prometedoras, pero necesitan escalarse con apoyo gubernamental. La narrativa oficial suele minimizar la gravedad o enfocarse en medidas reactivas (como comunicados durante incendios), pero se requiere un enfoque preventivo y sistémico para evitar que este problema siga afectando la salud, el ambiente y la calidad de vida en Tepic.
